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Entre los numerosos elementos decorativos que podemos encontrar en las casas de Córdoba, sin lugar a duda hay uno que sobresale sobre el resto, y no es otro que el azulejo.

Su origen data en Mesopotamia, luego llegaría a Egipto y Siria y desde aquí a la Península Ibérica a comienzos del siglo VIII, con la invasión musulmana. Todo este arte decorativo con cerámica vidriada quedará plasmado en las diferentes construcciones que se realizaron durante el período Omeya, Almorávide, Almohade y Nazarí.
Cierto es que los reyes cristianos emularon la decoración con azulejos en sus construcciones durante el período de la reconquista de Al-Andalus a imitación del lujo exuberante de los palacios de etapa musulmana, llegando a toda Europa y cruzando el océano Atlántico.

Las diferentes técnicas empleadas en su elaboración, comienza con el alicatado, fragmentos de barro vidriado que unidos constituyen un auténtico puzzle, con decoraciones vegetales, geométricas en zócalos, fuentes y fachadas. Azulejos de arista o cuenca, una técnica que consiste en aplicar un molde sobre la superficie blanca y dura, antes de su decoración, era una manera de abaratar costes e incrementar la producción,

Tenemos a finales del siglo XV la técnica de la cuerda seca, ya utilizada en la decoración Califal en la cerámica de cobre y manganeso, consiste en ejercer presión sobre el barro húmedo del dibujo elegido y rellenar los surcos con manganeso, (líneas que marcan espacios), que sirve de barrera entre los esmaltes para que no se mezclen los colores.

Pero será ‘’El Pisano’’ (Francisco Niculoso), quien revolucionó el mundo del azulejo, introduciendo la técnica del azulejo pintado, se cubría la pieza de barro con esmalte de estaño y luego se decoraba a pincel, esta técnica permitía pintar sobre el azulejo.

Tenemos magníficos ejemplos de la decoración con azulejos en la ciudad de Córdoba, lo tienen en la Mezquita-Catedral, dentro de sus capillas y altares erigidas por miembros de la nobleza y el clero se utilizaron azulejos en arista, cuerda seca y en relieve. Como es el caso de la Capilla de San Simón y San judas, Altar de la Anunciación y en algunas inscripciones funerarias.

Recorriendo el antiguo barrio de la Judería, les recomiendo visitar la Capilla de San Bartolomé, a partir del 1391, este barrio es cristianizado bajo la colación de San Bartolomé. A día de hoy forma parte de la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba. Su construcción, con marcado carácter funerario, fue revestido en sus zócalos con alicatados compuestos de ruedas de estrella. En el pavimento pueden ver olambrillas (piezas de cerámicas cuadrangulares).

En su visita a Córdoba no deben perderse este tipo de decoración tan vinculado a la historia de esta ciudad.

En Córdoba les espero.

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